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Cómo revisar el Teatro desde una perspectiva de género

El teatro como espacio de diversidad

El teatro siempre ha sido un espacio desde donde visibilizar la diversidad del ser humano. Es un lugar donde podemos revisar, profundizar, entender y reivindicar la gran cantidad de conflictos que surgen en la sociedad respecto a sentirte diferente o no perteneciente, por “tu forma de Ser”.

Históricamente, muchas obras de teatro, tanto clásicas como contemporáneas, han perpetuado estructuras heteropatriarcales en sus narrativas y en la construcción de los personajes. En ellas, se han dado por sentados ciertos códigos que refuerzan roles de género tradicionales, excluyendo otras perspectivas y experiencias de vida. Aunque algunos textos clásicos pueden ofrecer lecturas críticas o subversivas, en general, la mayoría reflejan los valores dominantes de sus épocas, consolidando normas de género y poder que se han heredado hasta hoy.

Ejemplos

En Romeo y Julieta de William Shakespeare, los roles de género tradicionales son evidentes en la representación de Julieta como una joven sometida a la autoridad paterna y Romeo como el arquetipo del enamorado valiente. Una revisión desde una perspectiva de género podría resaltar los desequilibrios de poder y cómo estos contribuyen al desenlace trágico de la obra. Además, podríamos imaginar esta obra con los géneros de los personajes intercambiados o interpretados por actores y actrices trans, no binarios o cis, explorando así nuevas dinámicas y desafiando las expectativas tradicionales del público. E incluso adaptar las circunstancias de la obra, estando Julieta sometida a una autoridad materna o estando las familias enfrentadas por no consentir el amor de dos personas del mismo sexo.

De igual manera, en Bodas de sangre de Federico García Lorca, tenemos un escenario en el que las normas sociales y los roles de género son determinantes. La Novia, conectada a su deseo, el Novio a su amor y ambos sometidos a las expectativas familiares y sociales, aquí se evidencia cómo los condicionamientos patriarcales afectan las decisiones y los destinos de los personajes. ¿Qué pasaría si la Novia fuera interpretada por un actor no binario o si el Novio estuviera a cargo de una actriz? Estas posibilidades permiten romper con los estereotipos y explorar nuevas formas de narrar las relaciones humanas, haciéndolas más inclusivas y actuales.

El potencial transformador del juego teatral

En la actualidad, tenemos muchas más opciones para mostrarnos y expresarnos, aunque constantemente chocamos con un sistema que está obsoleto y que sigue cargando con la herencia del patriarcado. Este sistema utiliza códigos excluyentes que perpetúan la lgtbqi+fobia, el racismo, la gordofobia y otras formas de discriminación. Frente a esto, el teatro emerge como un espacio que nos permite no solo expresarnos como somos, sino también cuestionar estos códigos y proponer nuevas formas de representación.

El juego dramático y la ficción nos ofrecen herramientas para revisar estos conflictos, experimentando diferentes roles que conviven en estas problemáticas. Esto nos ayuda a ampliar nuestra forma de entendernos, explorando de dónde surge la necesidad de mantener determinados patrones que nos dañan y cómo podemos transformarlos. A través del teatro, podemos abordar las resistencias que aparecen al abrirnos a un grupo, enfrentando el miedo, la vergüenza y el juicio.

Cuerpo, emoción y creatividad. La práctica teatral incluye la atención al cuerpo y a lo expresivo como parte esencial del proceso. Nos permite salir de nuestros patrones habituales de movimiento y expresión, enfrentando las limitaciones que nos imponen las normas sociales y los patrones adquiridos en nuestro crecimiento, abriendo espacio para nuevas formas de pensamiento, expresión de lo instintivo y lo emocional. En este contexto, se da cabida a «emociones complejas», como la rabia, el dolor y la visceralidad, siempre en un entorno seguro y de respeto.

La imaginación y el lenguaje teatral también nos ayudan a vivenciar situaciones que pueden permitirnos crecer como personas y ampliar nuestra conciencia social y comunitaria. En este sentido, podemos revisitar escenas de obras de teatro clásicas y contemporáneas desde una mirada de género y diversidad. Esto nos brinda la posibilidad de actualizar los condicionamientos tradicionales y adaptarlos a nuestra realidad actual, haciendo del teatro un espacio de inclusión y transformación.

Propongamos que los actores y actrices, sean cis, trans o no binaries exploren todo tipo de personajes, liberándolos de las categorías impuestas por el autor y el contexto histórico.

La activista trans y artista Alok Vaid-Menon dijo: “La belleza de la diversidad humana no puede ser contenida por las ideas binarias de género”. Este principio se aplica directamente al teatro, donde las historias y los personajes tienen el potencial de trascender las limitaciones impuestas por las categorías tradicionales. Al permitir que las personas exploren personajes más allá de las etiquetas convencionales, se abre un abanico infinito de posibilidades creativas y sociales.

Reflexión

El teatro no solo es un reflejo de la sociedad, sino también una herramienta poderosa para imaginar nuevas posibilidades. Al cuestionar las estructuras que hemos heredado, podemos crear narrativas más inclusivas y diversas que visibilicen a todas las personas, independientemente de su género, orientación sexual, raza o corporalidad. Así, el teatro puede convertirse en un vehículo para el cambio social, desafiando las normas que nos limitan y ofreciendo nuevas maneras de entender y habitar el mundo.

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